LA HABANA, Cuba.- El Parlamento de Cuba propuso a Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente del país, en relevo de Raúl Castro, anunció la Comisión Nacional de Candidaturas, que también impulsó como vicepresidente primero a Salvador Mesa, hasta ahora vicepresidente del Consejo de Estados, y al histórico Comandante de la Revolución Ramiro Valdés como otro de los vicepresidentes.
La candidatura está sujeta a la votación de los 605 diputados de la Asamblea Nacional y se anunciará oficialmente hoy, según la agenda de la sesión.
Díaz-Canel, de 57 años, se había desempeñado como su primer vicepresidente en los últimos cinco años. El virtual nuevo mandatario es un ingeniero electrónico que abraza la tecnología, se presenta como socialmente liberal, pero es considerado una apuesta segura para suceder a la histórica generación que luchó en la revolución de 1959 y que ya se está retirando.
Los legisladores de la Asamblea Nacional seleccionaron a otra treintena de miembros del consejo estatal cubano además de Díaz-Canel, Mesa y Valdés.
El Parlamento ratificó a Esteban Lazo, de 74 años, como su presidente, un cargo que había asumido en 2013. Lazo, miembro del poderoso Buró Político del Partido Comunista, es uno de los pocos afrocubanos con alto perfil en el Gobierno durante décadas.
Los desafíos
Los principales retos que enfrentará serán la reforma económica, en un país con fuerte impronta igualitaria que el capitalismo va absorbiendo, y la necesidad de construir legitimidad en la sociedad.
Según el politólogo y sociólogo Atilio Borón “el principal reto para cualquier líder que no nació al calor de la revolución es la construcción de legitimidad, que tenía la dirigencia que se había nutrido con la guerra contra Fulgencio Batista, el Granma y el asalto al cuartel Moncada”.
El analista colombiano Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, señaló que el próximo gobierno cubano “va a enfrentarse al hecho de ser a la sombra de los Castro, de Fidel y Raúl” aludiendo a las dificultades que el futuro jefe político de la isla encontrará para construir una imagen de él mismo sin referencias y contrastes
Otro escollo que deberá enfrentar la nueva administración cubana es el económico.
Según el politólogo Ávila, el saliente gobierno “abrió un proceso de reforma controlada” principalmente en temas vinculados a derechos de minorías sexuales, inversión económica y liberaciones laborales”.
Este proceso, comentó el analista, fue hasta ahora controlado y lento, por lo que la habilidad política del sucesor de Castro quedará en evidencia cuando el nuevo líder político determine la velocidad con que estas reformas deben continuar para no sacudir la realidad cubana.
“Seguramente va a continuar muy lentamente, no va a aventurar. No creo en esos análisis que dicen que va a acelerar o a detener estos procesos de cambios”, insistió. El analista colombiano también acentuó que el heredero de la revolución deberá encontrar alguna solución al mundo laboral de los jóvenes, “todo ese grupo de universitarios con títulos y una economía que no es capaz de recibir toda esa mano de obra capacitada”.
Para Borón, la apuesta que tendrá que afrontar el sucesor es “acelerar la modernización del aparato económico cubano”, de manera tal de “realizar obras de infraestructura, especialmente en materia de transporte”.
Un reto adicional, siempre presente en la historia contemporánea cubana, es el contexto internacional, especialimente Venezuela y Estados Unidos, dijo. Al respecto, Borón opinó: “Si Estados Unidos no levanta el bloqueo, Cuba puede tener un mago de la economía, pero los problemas van a subsistir”. (DPA-Reuters-Télam)